martes, 14 de febrero de 2012

Menudo año llevamos

Las pocas semanas que llevamos de 2012 nos han dejado un sabor muy amargo. En mi última entrada os contaba el fallecimiento del abuelo de papá mimoso. Ha sido un golpe muy duro especialmente para mi marido, porque siempre tuvo un vínculo especial con su abuelo materno. Dice que no hay día que no se acuerde de él, y ciertamente lo comprendo porque a mi me sucedió algo muy parecido con mi abuela paterna.

Las semanas siguientes fueron también muy convulsas. Ya os había anunciado que este año se presentaba con recortes en la empresa de papá. En principio iba a ser una reducción de horario y nómina, pero a finales de enero le despidieron, tan solo cuatro meses después de mi despido. Seguro que podéis comprender el golpe tan duro que ha supuesto.

Así como yo acepté la indemnización de 20 días, en el caso de papá, que llevaba 8 años en la empresa, decidimos luchar porque el despido fuera considerado improcedente. Esto ha supuesto numerosos quebraderos de cabeza, muchas reuniones y demasiada tensión emocional, hasta el punto de que nos hemos llegado a plantear si realmente valía la pena luchar. Todavía estamos pendientes de un acto de conciliación, donde empresario y trabajador tratan de llegar a un acuerdo antes de ir a juicio. Tenemos confianza en que vaya bien, pero el mal trago que hemos vivido hasta ahora no nos lo compensa nada ni nadie.

Por otro lado, la misma empresa que lo ha echado le ha vuelto a ofrecer trabajo para unos meses más, así que en marzo parará la prestación de desempleo (quizás antes de empezar a cobrarla) y estará en activo unos cuantos meses más. Más adelante, ya veremos. Yo me niego a hacer más planes, que luego se tuerce todo.

La única parte positiva de todo esto es que papá ha tenido tiempo para estar en casa y poder preparar medianamente los exámenes de la universidad. Ayer hizo el último examen y salió bastante satisfecho. La verdad es que el pobre lo ha tenido muy difícil, entre lo del abuelo y lo del trabajo, más obstáculos no ha podido tener. Le digo en plan coña que como lo apruebe todo le voy a hacer padre, je je.

Bueno, y respecto al tema maternidad, pues lo hemos dejado un poco aparcado. Con tanto lío no teníamos cuerpo para nada. Ahora en cuanto acabe este ciclo pediré cita a mi ginecóloga para pedirle pruebas y análisis. Queremos saber ya qué es lo que está fallando. Llevamos un año y pico buscando y cada vez sentimos menos presión sobre el tema. El hecho de haber presentado los papeles para la adopción nos sirvió para cambiar bastante el chip y afrontar nuestra infertilidad desde otra perspectiva. Pero no está de más hacerse los análisis y los exámenes que sea necesario para conocer si tenemos algún problema físico que nos impide concebir.

Creo que me ha quedado muy extenso el post, pero realmente tenía mucho que contar. En fin, para desdramatizar el tema os cuento lo que vamos a hacer papá y yo para celebrar Sant Valentín y el final de los exámenes de papá. Nos hemos reservado el próximo viernes para ir a Valencia a pasear y a tomar algo. Es una chorrada pero me encanta pasear por la ciudad con mi chico, pararnos a mirar tiendas, comprarnos algún detallito e ir a comer a nuestro restaurante favorito. A su lado, no necesito mucho más.



Un abrazo.