Siento haber desaparecido durante tantos días. Me ha faltado el ánimo y las ganas de escribir por los motivos que ya conocéis. Sé que no conseguir un embarazo después de seis meses no es motivo para ponerse tan dramática. Muchas de las que me seguís habéis sufrido situaciones mucho más difíciles de digerir. Lo cierto es que necesitaba alejarme de mi necesidad de ser madre y, entre otras cosas, necesitaba dejar el blog un poco apartado. Pero en los últimos días han pasado cosas muy interesantes en mi vida y necesitaba contarlo. Hay algo bueno y algo malo.
Una muy buena noticia ha sido el nacimiento de Daniel, el primer hijo de nuestros mejores amigos. Estamos muy contentos, aunque no hemos podido ir a ver a la criatura, pues papá mimoso está recluido preparando sus exámenes finales y la visita en cuestión queremos hacerla con calma y mucho mimo. Los papis están muy bien y desde aquí quiero darles ánimos porque los primeros días son muy ajetreados. Pronto estaremos juntos para conocer a nuestro sobrino más pequeño.
Otra novedad importante es que ahora mismo cabe la posibilidad de que me quede en el paro en un par de semanas, o bien que haya cambios importantes en mi trabajo, o bien que me quede como estoy. Esta última posibilidad quizás es la menos probable. Todo viene como consecuencia del resultado de las elecciones municipales del pasado domingo. Mi trabajo está muy ligado a la política y por tanto a los resultados electorales. El caso es que el alcalde del ayuntamiento para el cual trabajo ha perdido la mayoría absoluta. Eso hace necesario un pacto para la estabilidad del gobierno local, y el partido con el cual han de negociar pide una reducción importante de los gastos. Entre ellos los destinados a comunicación, el área donde trabajo como personal externo. Es más que probable que prescindan de la empresa para la cual trabajo.
No sé qué pasará porque ahora mismo todo son rumores. Hasta la segunda semana de junio no creo que sepa nada. Pero papá mimoso y yo ya nos estamos haciendo a la idea por si acaso. Lo peor de todo es que papá mimoso tampoco está muy bien en su trabajo. ¿Será posible que nos quedemos en el paro los dos después de haber aguantado los peores años de la crisis? ¿Ahora que ya hemos dado el paso para tener un hijo? ¿Toda la vida luchando por tener una estabilidad laboral para lanzarse a la maternidad y ahora esto?
Si me pinchan no me sacan sangre. Por adelantarme a los acontecimientos he llegado a pensar en posponer la decisión de ser padres una temporada, hasta que la cosa se calme, pero papá mimoso dice que na nai de la china, que hará lo que haga falta para conseguir trabajo si se da la situación.
Menos mal que nos dimos este mes de "descanso conceptivo", salvo un aquí te pillo aquí te mato que, según papá mimoso, "ojalá haya cuajado". A mí en el fondo también me gustaría, pero tal y como pinta el nubarrón que tenemos ahora mismo sobre la cabeza, no sé, no sé, quizás no es un buen momento. Os mantendré al tanto. Gracias por todos los achuchones del post anterior y un abrazo.