domingo, 13 de febrero de 2011

Tipos de apego


Siguiendo con el post anterior sobre la crianza con apego, vamos a ahondar en los tipos de apego y en los factores que influyen en su formación. 

Antes de continuar, en aclaración a uno de los comentarios del post anterior, a cargo de Quiteñabonita, donde pregunta sobre el origen de esta información, debo aclarar que se trata de unos apuntes recibidos en clase de Psicología del desarrollo, así como información diversa obtenida a partir de búsquedas en internet. No pretendo sentar cátedra con esto, sino resumir la información que voy obteniendo, y ponerla a disposición de todo aquel que sienta curiosidad. Por ello, Quiteñabonita, no soy la persona indicada para responder a la pregunta que me realizas, sobre cómo afecta a la relación de apego el hecho de dejar al bebé de 2 o 3 meses cuando la madre tiene que volver al trabajo.

Por mis lecturas, sólo puedo decirte que a esa edad el bebé no muestra rechazo al cuidado por parte de desconocidos ni presenta ansiedad ante la ausencia de la madre (según Bowlby, los primeros vínculos se establecen a partir de los 6 meses, especialmente con la madre). Además, como dije en el post anterior, el vínculo de apego puede establecerse con varias personas. Por tanto, te diría que no hay que temer esa situación en la que muchas madres se ven obligadas a regresar al trabajo dejando a su bebé al cuidado de otra persona. Lo importante es que el bebé reciba afecto y que haya un acuerdo generalizado entre todos los cuidadores sobre el estilo de crianza.

Tipos de apego 

A partir del experimento de la situación extraña llevado a cabo por Mary Ainsworth y sus colaboradores en 1978, se estableció la existencia de diferentes tipos de apego. Dicho experimento consistía en observar la reacción del bebé ante la ausencia o presencia de la madre dentro de diferentes situaciones extrañas.


El experimento se centra en la reacción del niño ante la presencia o ausencia de la madre y a partir de dicha reacción fija los siguientes tipos de apego: 
  • Seguro: el bebé se inquieta ante la ausencia de la madre, llora desconsoladamente, pero recupera la tranquilidad al regresar esta. Este tipo de apego se genera cuando la madre se muestra sensible a las demandas del bebé y emocionalmente disponible. 
  • Inseguro: dentro de esta categoría, se establecen otros dos tipos de apego, evitativo y resistente. El apego evitativo es aquel en el que el bebé muestra poca angustia por la separación y recibe con frialdad a la madre cuando ésta regresa. El apego resistente, en cambio, se caracteriza porque el niño se muestra ansioso incluso cuando la madre está presente, y muestra enfado ante el abandono y también ante el regreso de la madre. El apego inseguro se construye cuando la madre se muestra insensible o se comporta de manera inconsistente ante las demandas del bebé. 
  • Desorganizado: se produce cuando el comportamiento del niño es inestable y contradictorio, es un modo de conducta frecuente en niños que han sufrido maltrato. 
Está bastante claro que de todos los tipos de vínculos, el apego seguro es el que demuestra una relación de confianza y seguridad entre el niño y el adulto. Veamos ahora qué factores inciden en la creación del vínculo de apego. 

Factores que influyen en el vínculo de apego


Conseguir una relación de apego seguro es algo a lo que aspiramos muchas madres (futuras en mi caso). Debemos tener en cuenta cuáles son los factores que inciden en este vínculo: 
  • El carácter del bebé: no todos los bebés son iguales. Algunos han sido bautizados como bebés de alta demanda, otros muestran un carácter más tranquilo
  • Las creencias del adulto sobre el modo de crianza más correcto: un estudio llevado a cabo en 1966 por David y Appell detectó que los bebés siempre responden a las iniciativas del adulto, pero no siempre sucede lo mismo al revés. Las madres responden a las "provocaciones" del bebé en función de sus valores culturales y sus expectativas sobre la crianza. Podemos extendernos aquí y hablar por ejemplo de algunas creencias establecidas en nuestra sociedad como "no lo cojas en brazos que se mal acostumbra" o "déjalo llorar que es bueno para sus pulmones", pero el tema tiene suficiente enjundia como para escribir otro post. 
  • La sensibilidad del adulto: muchas madres se dejan guiar por su instinto y ofrecen una respuesta sensible a las demandas del bebé. Se cree que esta respuesta favorece que el bebé perciba a su alrededor un ambiente seguro y acogedor, por tanto, se forja un vínculo de apego seguro cuanto más sensible sea el adulto.
En otro post ahondaremos en la posible relación que existe entre el apego establecido en la infancia y el posterior desarrollo adulto.

4 comentarios:

Diario de una cuarenta. dijo...

K bueno el articulo, gracias por la información está genial...
Ya os informaré de lo del blog, lo tiene ya listo para empezar a escribir...
Besotes wapa !!!

Anuda dijo...

Súper interesante. Esperando estoy el siguiente post...

Ester dijo...

me ha encantado leer más sobre la crianza con apego.

Besos, Ester

Anónimo dijo...

Sé que este post es antiguo, pero me gustaría decirte que en estas cosas no hay categorías claras, y que según el autor tendrás una visión u otra. Mi hija ha sido la llorona número uno de los bebés, y mi instinto me decía en algunas ocasiones que la dejara llorar porque necesitaba desahogarse... (tengo que decir que pasó 9 meses al brazo todo el día). En estas cosas es mejor documentarse, leer a varios autores y dejarse llevar por lo que crees, la situación y el niño. Chao.