viernes, 11 de mayo de 2012

Esto es un "hasta luego"



Me retiro una temporadita, no sé hasta cuándo. Hace ya un tiempo que he notado que mis ganas de escribir en este blog han ido disminuyendo. El motivo es que me he quedado sin palabras, sin ganas de expresar cómo me siento ante un proceso- el de la maternidad- que a mí se me resiste. He decidido dedicar más tiempo a pensar en otras cosas, a aprender de otros temas que me hagan disfrutar, como hasta la fecha he disfrutado leyendo sobre un tema tan apasionante como la maternidad. 

He tardado mucho en dar este paso, aunque hace meses que mi mente me lo pedía, porque realmente soy y seguiré siendo una adicta a la blogosfera maternal. Me sabe mal romper vínculos con gente tan maravillosa como vosotr@s, de modo que he decidido que seguiré leyéndoos, aunque sólo comentaré en casos muy puntuales. 

Quizás, de vez en cuando, me asome aquí de nuevo para contar algún avance, o alguna cosa que necesite compartir. Dentro de un mes tendremos ya los resultados de las pruebas de perfil estéril, y me gustaría compartirlos aquí. Pero no me puedo comprometer a escribir mucho más. No me salen las palabras, es así de triste. 

No quería abandonarlo todo de repente, sin decir nada. No sería justo con las personas que en algún momento a lo largo de la vida de este blog se han interesado por mis vivencias, han reído o han llorado conmigo, o simplemente han tenido unas cálidas palabras de ánimo. 

Por eso escribo esta semi-despedida. Me voy, sin irme del todo, pues os seguiré leyendo y alguna vez volveré a escribir algo en este espacio. Gracias a tod@s por estar ahí. Un abrazo.

jueves, 12 de abril de 2012

Sin novedades

Ha pasado más de un mes desde mi última entrada y he creído oportuno pasarme por aquí, aunque sólo sea para decir que todo sigue igual, sin novedades. Todavía no he recogido los resultados de los análisis de sangre y orina que me hice el mes pasado. Con tantas fiestas de por medio, a mi ginecóloga parece que se la ha tragado la tierra y no consigo que en la consulta me cojan el teléfono ni siquiera para darme cita. Nos gusta esta doctora y por ese motivo seguimos acudiendo a ella, pero el gran inconveniente es que sólo pasa consulta una vez por semana, y resulta difícil conseguir cita con ella cuando hay fiestas de por medio.

Con los análisis de papá mimoso hemos tenido peor suerte. Hay lista de espera para los seminogramas, y hasta mayo no tiene cita. Lo peor fue el trato recibido por la recepcionista del laboratorio del hospital. Llamó para pedir cita e informarse y la chica le comentó la importancia de llevar la muestra antes de que transcurrieran 30 minutos desde la eyaculación. Calculando el tiempo que nos lleva ir en coche hasta el hospital y tratar de aparcar, resulta que nos viene bastante justito poder entregar la muestra antes de que pasen los 30 minutos. Total, que mi chico le preguntó si no existiría la posibilidad de obtener la muestra en el propio hospital. La respuesta de la recepcionista fue tajante: Claro hombre, en cualquier váter del hospital! Atónito se quedó mi chico. En fin, que la experiencia por el momento no está siendo muy agradable. 

Para compensar el parte médico, os cuento que estamos aprovechando estos días para ver algunas películas románticas que me marcaron mucho en su día. Papámimoso no las había visto y me apetecía compartirlas con él. Primero vimos El paciente inglés y anoche terminamos Los puentes de Madison. Las vemos a trocitos, porque papá no puede evitar quedarse dormido. No le culpo, son dos películas lentas y además él suele dormir bastante mal por las noches, así que se queda frito en el sofá. Pero anoche me confesó que le habían gustado mucho, incluso se le escapó una lagrimita con Meryl Streep. Yo qué queréis que os diga, cuando acabo de ver películas como estas me entran ganas de todo, menos de dormir... ya imagináis por dónde voy. Pero en ambos casos ha acabado ganado el sueño :-(


El Paciente Inglés (1996)

Los puentes de Madison (1995)

viernes, 9 de marzo de 2012

Perfil estéril: primeros análisis



Esta semana hemos tenido cita con la ginecóloga. El pasado mes de agosto tuve mi última revisión y habíamos quedado en vernos a principios de este año si antes no lográbamos quedarnos embarazados. En la consulta me hizo una ecografía vaginal para comprobar el estado del útero y la posición de los ovarios, y todo correcto, con el endometrio bastante grueso, preparado para menstruar en los próximos días.

El único comentario negativo fue acerca del flujo, "bastante grisáceo y con burbujitas", según me comentó la gine (y no es la primera vez). Al no tener problemas de picores ni malos olores, descartó una infección, pero me preguntó sobre mis hábitos de higiene íntima. Muchas sabréis que es tan malo pasarse de limpia, como quedarse corta, y resulta que mi problema puede venir por la excesiva higiene en la zona íntima. Me recomendó abandonar el uso de salvaslips y jabones especiales y limpiar la zona exclusivamente con agua. Si dentro de un mes no hay mejora, haremos un cultivo. 

Una vez hecha la revisión nos comentó que ya era el momento de comenzar con los análisis para determinar el perfil estéril. Esta palabra, "estéril", nos dolió un montón, pero técnicamente se aplica a aquellas parejas que después de más de un año de relaciones no han conseguido un embarazo, y siendo realista, nosotros ya llevamos un año y cuatro meses intentándolo, así que somos técnicamente estériles. 

Los análisis son tanto para mi como para papá mimoso. Yo por partida doble, porque me tienen que sacar muestras el día 5 y el día 22 del ciclo. De hecho, esta mañana ya he estado en el hospital para los análisis del día 22 (de sangre y orina), y la semana próxima me haré los del día 5 (sólo de sangre). Mi chico los tendrá la próxima semana, y en su caso serán de sangre y semen. 

Dentro de un mes, aproximadamente tendremos cita de nuevo para recoger los resultados. Parece todo va muy rápido, ¿verdad? 

Y al margen de todos los datos, ¿cómo nos sentimos? Pues por un lado mal, porque a nadie le gusta llegar a este punto, ¿verdad? Yo nunca imaginé que nos iba a costar tanto, y tampoco sabemos lo que nos espera por delante. Y por otro lado, nos sentimos tranquilos. Si los análisis revelan algo, tendremos pistas de hacia dónde debemos caminar. Hasta ahora estábamos probando suerte y dando palos de ciego. 

¿Qué pasará si alguno de los dos, o los dos, tenemos algún problema serio? Pues seremos derivados a reproducción asistida para continuar haciendo pruebas y para poder avanzar otro cachito. Si una cosa hemos aprendido en casi un año y medio es que ya no queremos hacer planes. Siempre había dicho que yo nunca me atrevería con una FIV, porque tengo miedo a sufrir mucho, pero llegados a este punto he aprendido a no precipitar las cosas, a ser más paciente y a confiar en mi capacidad para asimilar las malas noticias. 

Por el momento ya estamos subidos a dos trenes de largo recorrido: el de la adopción nacional y el de los tratamientos de fertilidad, con el equipaje cargado de paciencia y con mucha ilusión por llegar a nuestro destino. 

Un abrazo.